Enoturismo

Pago Finca Élez, está enclavado en el término municipal de El Bonillo, en las proximidades de la Sierra de Alcaraz. En la propia finca, crece la sabina albar (un árbol milenario, autóctono y protegido), concentrándose en sus alrededores uno de los mayores sabinares y de los mejor conservados de España, que cuenta con numerosas especies centenarias.

Una tierra de aromas
El árbol de la sabina desprende un aroma característico, aroma que es capaz de conservar su madera, que, en su momento, se utilizó en la construcción de las pequeñas casas de campo de la comarca. Propias de la zona son también algunas hierbas aromáticas como el tmoillo, el romero o la mejorana.

En las proximidades de las Lagunas de Ruidera
Pago Finca Élez está situado a escasos 18 kilómetros del Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un paraje de gran belleza, integrado por un complejo sistema lagunar formado por quince lagunas, que son el lugar de nacimiento del río Guadiana. En las épocas de lluvia, las quince lagunas rebosan, inundándose unas a otras, formando preciosas cascadas y saltos de agua.

Se trata de un lugar de gran valor paisajístico y con diversidad de ambientes. Un espacio para descubrir sin prisa, recorriendo y disfrutando de sus lagunas, de aguas trasparentes y de intenso color azul turquesa.

“Vinos de Pago en tierras de sabinas centenarias”

Nuestra propuesta de enoturismo
Cuando vengas a Pago Finca Élez, tendrás la oportunidad de visitar nuestros viñedos y una bodega pequeña, pero entrañable. Un ambiente ideal para conocer en primera persona, todo el proceso de elaboración de nuestros vinos: los rasgos característicos de nuestros viñedos, cómo realizamos la vendimia y toda la fase posterior de fermentación y crianza.

Te mostraremos la zona escobada donde reposan nuestra barricas para, posteriormente, catar nuestros vinos, los verdaderos protagonistas de tú visita.

Maridaje de Kilómetro 0
También te ofrecemos la opción de completar la cata, disfrutando de los sabores que ofrece la cocina tradicional de la zona, auténtica y de Kilómetro 0 . Una cocina que en su origen es austera y pobre, pero que ha sabido obtener, a partir de los escasos productos originarios de la tierra, platos maravillosos, entre los que destacan los gazpachos, las migas ruleras, las gachas, el lomo y las costillas de orza, las perdices en escabeche, los mojetes...